Si me preguntan por las veces que me enamoré
y por todas las noches de verano que eso conlleva
me limitaré,
seré breve y responderé
que yo, tímida y fría
me enamoré tantas veces
como bailes nos concedimos.
Si les respondo eso,
probablemente no entiendan que desde que te miro
se me estremecen los sentidos,
me hago fuerte de ti
y es normal.
Recuerdo
lo poco
que me propongo
olvidarte
como si confundiera
superarlo
con olvidar,
como
si al dejar de mirarte
no existieras.
La distancia es fría,
incómoda
desgarradora
aun más
desde que decidimos
que quien antes encuentre la poesía
se la queda.
Quitame este invierno de encima
y hazme arder
cómo cuando te pedí que me congelaras
y me besaste.