lunes, 20 de mayo de 2013

quédate hasta el día que lluevan pianos

Desde que te traes por aquí
se que el amor puede ser también
una dulce y perpetua borrachera
o un polvo interminable
(incluso en la distancia)
Carlos Salem


Ya me resulta normal
perder la cabeza por ti,
estar cuerda por tus huesos
y que después me ates con ella.
Que deshagas mi vida
y mi cama,
y que lo que hacemos cada noche
se defina como pura guerra.
Primero de esa en la que
nos arrancamos los pelos
y luego esa en la que estabais pensando,
donde en nuestros cuerpos entrelazados 

empiezan a subir los grados.

No miento si te digo
que no podría vivir sin nuestra bipolaridad.
A si que mal y tarde te pido:
quédate hasta el día que lluevan pianos.


NCMS/NCM

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