sábado, 2 de marzo de 2013

Y Diciembre era nuestro mes.

Prometió no volver a contar inviernos sin él. Se creía invencible a su lado cuando oía eso de "te quiero, chica" o cuando volvía a casa y se ponía a pensar en lo bien que se sentía junto a él. Incluso cuando en sus sueños aparecía sin quererlo. Tenía mil razones para olvidarse de todo y no pensar más que en su voz.
A ella le encantaba Diciembre porque era su mes; era el mes de los dos. En cambio, él prefería Junio y la carne al aire de cualquier niña tonta.  Digamos que la idea del amor no era lo suyo (o eso creía él). Digamos que él era un adolescente enamorado pero con la cabeza en otra parte. No se daba cuenta de que el destino le había puesto ante sus ojos lo más valioso que se puede tener: alguien que esté hasta las trancas por tus huesos.  -En algún lugar de su interior, estoy segura de que sí era consciente de ello-  
Nadie sabía como llegaba a sentirse ella, se sentía como si solo fuera un personaje secundario dentro de la vida de él. Ella necesitaba calor en ese Diciembre tan frío y él andaba distraído refugiándose en cualquier parte de Junio. Así funcionaban.


"te quiero, chica"

















Cuando estaban juntos el mundo daba un vuelco, todo giraba en torno a ellos. Su problema venía cuando llegaba la hora del adiós, amor, hasta mañana. Ella se convertía en el imposible sin ti, él se basaba en el mañana será otro día.

Aunque con 16 años no se pueda predecir como vendrá el futuro, ella solo esperaba que el tiempo le abriera los ojos para que él se diera cuenta de que el amor lleva llamando a su puerta desde Diciembre de 2012.




NCMS

No hay comentarios:

Publicar un comentario