Que las agujas del reloj se clavan cada vez más hondo a cada minuto que no estás aquí
Después del adiós me di cuenta de que llevabas más tiempo fuera de mí del que pensábamos,
que dejamos de vivir el uno por el otro cuando yo doblaba la esquina de mi casa
y tú no te dabas la vuelta para verme marchar.
Las miradas son dulces
pero no me dan suficiente ahora.
Tus sonrisas me llenan pero quiero algo que me
haga volar.
El olvido debía ser no tener nada que decirnos,
y la ausencia ese sitio oscuro donde me sentaba a esperar que volvieses con tu peculiar sonrisa de antes.
Jodía, pero esa misma ausencia apretaba más que cualquiera de tus abrazos.
NCMS/NCM
No hay comentarios:
Publicar un comentario