martes, 30 de abril de 2013

Stay

Hace tiempo que ha dejado de sonar,
pero cada vez que un niño explota un globo en una fiesta
yo me llevo las manos al pecho, por si a acaso.
Y no está. Y no suena.

Las dudas estaban cansadas de tomar tequilas y decidieron invadirme otra vez.
No como cada día, pero sí como cada noche.
Supongo que es porque es el momento del día que más relajados estamos (desde que no estás)
y nos da por pensar.
No sé por qué hablo de la noche si ya no existe. 

A veces te veía y hasta me mirabas cuando sonreía. Pero preferías verme triste, para qué engañarnos.
Devolverme a este estado fue tu declaración de amor. Pero yo no lo entendía.
Tengo dos problemas.
Tú y el resto.
Se nos moría Abril y todo eso que sólo tú y yo sabemos.
(Ahora del corazón roto me salen mariposas.
Jódete, Cupido, y paga los chupitos.)


Digamos que he dejado de entender la primavera por eso que hacen tus comisuras cuando se estiran (pero no por mi culpa). 

Me favoreces como cicatriz. Como nada más.

Después de la tormenta, cierras la ventana, 
pero ya ha entrado lluvia, frío, hojas, polvo, se han mojado los papeles. Hablo de personas.
Apunta.





NCMS/CMS

No hay comentarios:

Publicar un comentario